En el mundo de la consultoría hay clientes que vienen y van. Es parte natural del camino: hay proyectos que empiezan con mucha energía, otros que se transforman, y algunos que, tras un tiempo, hacen una pausa. Pero lo que sigue emocionando, incluso después de muchos años, es cuando uno de esos clientes vuelve.
Con Hotels Viva empezamos a trabajar en 2016. Durante cinco años acompañamos a sus mandos intermedios en un proceso de formación en liderazgo y gestión de equipos. Fue un trabajo muy enriquecedor, no solo por el contenido, sino por las personas con las que compartimos el camino. Con la llegada de la pandemia, como en tantos otros casos, hicimos una pausa.
Y como todo en la vida, esa pausa fue necesaria. A veces cliente y consultor necesitan respirar, vivir otros procesos, otras prioridades. Eso también forma parte de una relación sana y duradera. Pero nunca dejamos de lado el contacto: las visitas, los mensajes, el interés genuino por saber cómo estaban, aunque no hubiera proyectos sobre la mesa.
Este pasado 2024 recuperamos ese vínculo y nos reencontramos en las jornadas de Kick Off de temporada hotelera del 2025. Volver a entrar en sus hoteles, saludar a personas con las que empezamos hace casi una década, descubrir nuevas incorporaciones y sentir, una vez más, que la cultura de Hotels Viva sigue muy viva (y nunca mejor dicho), ha sido un regalo.
En nuestra manera de entender este trabajo, hay algo que va más allá de los contenidos o de los objetivos: nos apasiona trabajar con personas. Con personas con las que generamos vínculo, confianza, historia.
Gracias, Hotels Viva, por volver a abrirnos las puertas. Seguimos.