El “síndrome del trabajador quemado” o “burnout” fue definido por primera vez por el psicólogo norteamericano Herbert Freudenberger (1974) y más tarde por Christina Maslach (1976) quien puso el énfasis en el aspecto emocional. Lo definió como una sensación de agotamiento físico y emocional acompañada de un sentimiento de despersonalización y pérdida de motivación, combinada con un sentimiento de baja realización profesional y/o personal.

¿Cómo identificar el síndrome de burnout?

Los primeros síntomas pueden ser leves, como dolores de cabeza, espalda y dificultad para levantarse por las mañanas.

En una fase posterior pueden surgir síntomas como el insomnio o el déficit de atención, acompañados de una tendencia al distanciamiento, irritabilidad y cinismo que provocan que nos sintamos exhaustos, desmotivados e incluso incompetentes.

La alarma salta, por tanto, si nos cuesta tomar decisiones, estamos de malhumor general y tenemos una sensación de fracaso profesional o personal.

¿Cómo prevenirlo y tratarlo?

Las empresas pueden empezar por prevenir con una serie de acciones:

  • Ofrecer información sobre el síndrome burnout, sus síntomas y las consecuencias que provoca, con el fin de facilitar la detección.
  • Vigilar el clima laboral fomentando aspectos tan importantes y positivos como el trabajo en equipo.
  • Implementar talleres de liderazgo, habilidades sociales, comunicación, desarrollo personal, etc.
  • Facilitar a los nuevos trabajadores la integración en la empresa
  • Anticiparse a los cambios organizando talleres que contribuyan a desarrollar habilidades, conocimientos y estrategias para afrontarlos y adaptarse a ellos.
  • Definir el rumbo de forma clara, ya que orientar los objetivos y marcar el camino generará seguridad en los miembros del equipo y hará que se sientan motivados por el trabajo
  • Tener en cuenta que no todos somos iguales por lo que hay que tener en cuenta a los trabajadores que necesitan un desahogo emocional mayor que el resto. Estudiar sus descansos y el volumen de trabajo que puede asumir es fundamental.
  • A nivel individual, pueden aplicarse técnicas de respiración, autocontrol, relajación e incluso técnicas de solución de problemas y entrenamiento en habilidades.
  • Como estrategias de intervención grupal se pueden promover las políticas de trabajo cooperativo, integración de equipos multidisciplinarios y reuniones de grupo.
  • Finalmente es importante reducir las situaciones que generan estrés laboral, lo que se puede conseguir modificando el lugar de trabajo, la estructura organizacional y las funciones de los puestos, de forma tal que se creen estructuras más horizontales que promuevan el desarrollo de carrera de los empleados, la flexibilidad horaria y la competitividad salarial.

Las empresas que colocan en el centro a las personas ponen en marcha algunas de las anteriores propuestas. Nuestro empeño desde Go Consulting es que cada vez haya más empresas comprometidas con el bienestar laboral y para ello analizamos el clima laboral de tu organización, utilizamos metodología propia que consigue alinear a tu plantilla con los objetivos de tu empresa, mediamos ante situaciones de conflicto interno para desbloquear situaciones, facilitamos formaciones que favorecen la comunicación constructiva dentro de la organización, y muchos otros servicios según lo que necesites en cada momento. Objetivo: que nos guste nuestro trabajo y, por supuesto, ¡que no nos queme!