El paso por la escuela es una etapa vital que deja algunos de los recuerdos y aprendizajes más marcados. A medida que entramos en la vida adulta, permanecen en nuestra memoria imágenes, momentos y también personas que nos acompañarán durante años. 

Entre los recuerdos que nos generan más cariño, no sólo encontramos a las amistades que hicimos en el colegio, sino probablemente algunos profesores y profesoras con quienes conectamos de forma diferente, pues consiguieron despertar en nosotros un interés especial por el aprendizaje, sea cual fuera su área de especialidad.

Hablamos de personas con una actitud distinta frente a la docencia, que contagian su vocación por el trabajo que realizan, que se hacen respetar gracias a su profundo respeto por la labor educativa. Se trata de profesores y profesoras que creen en el potencial de su alumnado, y que hacen algo más que impartir materia pues entienden el sentido y el impacto de su trabajo.

Nos sentimos por ello muy orgullosos de poder acompañar a varios grupos de profesores y profesoras así, conscientes de la importante labor que realizan, a raíz de un proyecto de facilitación de los claustros de los Colegios de Sant Francesc d’Assís. Con ellos hemos trabajado la visión de futuro en los diferentes centros, y ha quedado patente el interés real por ofrecer a sus alumnas y alumnos la mejor experiencia educativa y humana.

La prueba de que ser docente es una profesión, pero ser maestro una vocación.