Compartimos una charla TED cuyo mensaje central nos resuena: cuanto más dependemos de la tecnología para ser más eficientes, menos habilidades tenemos para enfrentarnos a lo inesperado, dice la escritora y empresaria Margaret Heffernan.

Comienza así:

“Recientemente el equipo de liderazgo de una cadena de supermercados estadounidense decidió que su negocio debía ser mucho más eficiente. Entonces abrazaron con entusiasmo su transformación digital. Salieron los equipos que supervisaban carne, verduras, panadería, y entró un algortimo para asignar de tareas. En lugar de personas que trabajan juntas, cada empleado llegaba, se registraba, se le asignaba una tarea, la realizaba y volvía a por más. Esta fue la gestión científica en su máxima expresión, trabajo de estandarización y asignación. Era supereficiente.

Bueno, no del todo porque el asignador de tareas no sabía cuándo a un cliente se le iba a caer una caja de huevos, no podía predecir cuándo a un niño alocado se le iba a caer un muestrario o cuando la secundaria local iba a decidir que todos debían llevar cocos a clase al día siguiente”.

Esto nos lleva a reflexionar que las habilidades esencialmente humanas, como construir relaciones, desarrollar la imaginación, experimentar o tener valentía, quizá no sean eficientes, ni medibles, pero son fuente objetiva de resistencia y fortaleza, y nos dan la capacidad ilimitada de adaptación que precisa la ola del cambio constante.

La eficiencia funciona bien en entornos predecibles, pero si la convertimos en un objetivo y nos entregamos a la tecnología para alcanzarla, nos estamos despojando de aquello que nos hace humanos y que nos va a permitir intervenir en moldear nuestro futuro. Disfrutad de la charla.