Parar para avanzar

Parar para avanzar

Parar para avanzar: el poder de la conversación en los equipos intermedios

En Go Consulting creemos firmemente que el desarrollo de las personas en las organizaciones no puede hacerse solo desde el hacer. A veces, para avanzar, hay que parar. Literalmente. Parar el piloto automático, dejar de correr detrás de lo urgente y crear un espacio donde mirar con perspectiva nuestro rol, nuestras relaciones y nuestra aportación al conjunto.

Eso es exactamente lo que hemos hecho en una reciente intervención con los mandos intermedios de una empresa pública. A través de dos focus groups consecutivos, facilitamos un espacio de conversación y reflexión sobre el rol del Mando Intermedio. Centrándonos en su papel dentro del servicio, sus responsabilidades, su conexión con los equipos operativos y su relación con la dirección.

El reto de sostener la columna vertebral

El colectivo participante se definió a sí mismo como “columna vertebral” del servicio. Una figura puente entre las decisiones estratégicas y la operativa diaria, con la complejidad que esto implica: coordinar equipos diversos, resolver conflictos en caliente, adaptarse a los cambios tecnológicos, sostener la motivación en tiempos de incertidumbre… Todo ello sin perder el contacto con la ciudadanía ni el propósito del servicio.

Esa mirada integral sobre su función no siempre es evidente desde dentro. Por eso, crear espacios donde los profesionales puedan tomar distancia emocional de la tarea y reconectar con el “para qué” de su rol, es esencial. Solo desde ahí se pueden tomar mejores decisiones, recuperar la motivación y alinear esfuerzos hacia una visión común.

Una metodología centrada en el compromiso

La sesión, diseñada con herramientas participativas y dinámicas como el “TRIZ” o el “Starfish”, permitió identificar las tensiones y dificultades del día a día, y también proyectar una visión de futuro compartida y proponer acciones para avanzar. No se trató de una simple recogida de quejas, sino de una conversación honesta, constructiva y orientada al compromiso.

Una de las claves del proceso fue precisamente esa mezcla de reflexión profunda y enfoque práctico: ver lo que no funciona, nombrarlo sin tapujos, y, a partir de ahí, generar propuestas realistas desde el rol que cada uno ocupa. Porque como bien decimos en Go: no hay transformación organizacional sin transformación personal.

¿Y ahora qué?

Los resultados de estos encuentros han sido muy valiosos no solo por lo que se dijo, sino por el cómo. Porque cuando se crea un espacio seguro, bien facilitado, donde las personas sienten que su voz cuenta, emerge lo mejor de los equipos: la creatividad, la corresponsabilidad, la empatía y la iniciativa.

Desde aquí, solo podemos celebrar que organizaciones del ámbito público apuesten por parar regularmente y cuenten con nosotros a la hora de mirar hacia dentro. Ahora queda seguir acompañándolos en su proceso de mejora.

Y para finalizar nos atrevemos a lanzar una invitación abierta a otras organizaciones: ¿Cuándo fue la última vez que tu equipo se detuvo a hablar de lo importante?