Ninguno de nosotros es tan bueno como todos nosotros juntos

Ninguno de nosotros es tan bueno como todos nosotros juntos

En el ámbito de la facilitación grupal, para que los equipos funcionen de forma efectiva y alcancen su máximo potencial, son necesarios cuatro espacios en los que fomentar la comunicación, colaboración y desarrollo continuo. En concreto:

  1. Tareas. El equipo pone el foco en cumplir objetivos y ejecutar proyectos específicos. 
  2. Reflexión. Para revisar el desempeño y aprender de experiencias para mejorar continuamente. 
  3. Relaciones. Se fortalece la confianza y cohesión a través de la construcción de relaciones interpersonales. 
  4. Innovación. Para fomentar la creatividad y generar nuevas ideas.

El equilibrio de estos espacios es esencial para que las tareas se realicen de forma eficaz, unida y adaptable. Y este fue precisamente el objetivo que perseguimos al organizar la jornada de Trabajo en Equipo de este año con los profesionales de la Fundació La Sapiència.

¿Queréis saber cómo lo hicimos?

Día 1. Conocer al equipo

El primer paso fue conocer y entender en profundidad la composición del equipo. Cada uno contribuye al éxito colectivo con una mejor identificación de sus habilidades, talentos y aportación de valor. 

 

 

Día 2: Reflexión y Mejora

Utilizando dinámicas de facilitación grupal, la segunda jornada, la dedicamos a una reflexión exhaustiva sobre la forma de trabajar del equipo, a fin de identificar los bloqueos y las palancas al desempeño. Un día especialmente intenso y emotivo. Crear espacios para ventilar emociones y abordar temas pendientes, siempre desde una perspectiva constructiva y colaborativa, da aire al equipo para abrirse a nuevas fórmulas. O, en este caso, nuevas normas y acuerdos de convivencia, así como procedimientos internos para mejorar la comunicación y la colaboración.

 

Día 3: Reforzando Lazos

El tercer día organizamos una jornada más distendida e informal, enfocada a reforzar los lazos personales que faciliten la transición hacia los acuerdos del día anterior. Usando dinámicas de teambuilding, sumergimos a los profesionales de la fundación en un contexto diferente que favoreció la cohesión, el vínculo y el sentido de pertenencia.  

Después de las tres sesiones, el equipo de la Fundació La Sapiència es mucho más consciente de sus potencialidades y mucho más capaz de manejar sus puntos de desencuentro. Bravo. Desde nuestra posición de consultores de recursos humanos, no podemos sino aplaudir su implicación y sus ganas de continuar avanzando. Y su confianza en nuestro trabajo, claro.